"La Almohada del Corazón" ni se compra ni se vende

El taller de patchwork del Banco del Tiempo pone en marcha en San Javier un proyecto solidario internacional mediante la confección de cojines terapéuticos con forma de corazón para pacientes operadas de cáncer de mama

El taller de Patchwork del Banco del Tiempo, coordinado por la voluntaria Chus González, ha puesto en marcha el proyecto solidario "La Almohada del Corazón", a través del cual los voluntarios cosen almohadas con forma de corazón que tienen como objetivo ayudar en la recuperación tras la intervención quirúrgica por cáncer de mama. La almohada, "que ni se compra ni se vende", se regala a las pacientes de cáncer de mama a través de los centros de Salud de San Javier y Santiago de la Ribera que ya las tienen disponibles.

La almohada tiene forma de corazón y con una V más pronunciada de lo habitual para que encaje perfectamente debajo del brazo de la paciente y no se mueva. Este simple gesto pueda ayudar a que el brazo no roce la herida, y que no se hinche por causa de las glándulas linfáticas. La almohada sostiene el brazo y los músculos del hombro y permite dormir de noche hasta sobre el lado operado.

Evita mantener el brazo en alto por encima de la cabeza y ante un ataque de tos, agarrarla fuerte disminuye el dolor, sin olvidar que en el plano emocional , regalar la Almohada del Corazón, ayuda reforzar la autoestima de las pacientes y a hacerles saber que no están solas.

La historia de la Almohada del Corazón comenzó en Estados Unidos con una doctora que tras ser operada de un cáncer de mamá recibió una almohada con forma de corazón que le habían confeccionado sus tías. La doctora comprobó que el corazón de tela le permitía disminuir la presión del brazo sobre la axila y aliviar las molestias agilizando el proceso de cicatrización.

Más tarde en un Congreso médico sobre Oncología la doctora compartió su experiencia con una enfermera de Dinamarca, que no dudo en adoptar la idea y llevar a su país el "Heart Pillow Proyect", implantándose en hospitales de su país y otros países europeos. En España, fue una vecina de Mallorca, aficionada al patchwork, Mariá Jose Loly de Cooman, MICKY, la que descubrió el proyecto buscando ideas para desarrollar su afición y sin dudarlo contactó con la enfermera danesa para poner en marcha el proyecto en España.

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