El ayuntamiento recordó a sus alcaldes y a las primeras familias del censo oficial en un emotivo acto con motivo de su 175 Aniversario

El ayuntamiento de San Javier homenajeó a sus alcaldes y a las primeras familias inscritas en el censo municipal de 1836 año en que se constituyó el municipio de San Javier al segregarse del ayuntamiento de Murcia, en un emotivo acto presidido por la corporación municipal que se celebró el pasado viernes 1 de abril en el salón de plenos del ayuntamiento de San Javier.

El reconocimiento público forma parte del programa "austero pero entrañable" con el que durante 2011 se celebra el aniversario, tal y como señaló la alcaldesa, Pepa García quién destacó el poder de cohesión social de este tipo de acontecimientos, que nunca antes se habían realizado.

Después de una trabajosa labor de investigación realizada por el historiador local José Ballester, se consiguió reunir a 4 ex-alcaldes vivos y a los descendientes de otros 24 regidores, así como a los descendientes de 12 familias que ya aparecían inscritas en el primer censo oficial de 1836, y que recogieron de manos de la Alcaldesa un pergamino que así lo demuestra.

Los exalcaldes José Hernández, Luis Ros, Francisco Javier Martínez, y Teodoro Martínez recogieron sus reconocimientos en persona, mientras que el resto de alcaldes, como el primero que tuvo San Javier, José Meroño, estuvieron representados por sus viudas, hijos, nietos, y hasta tataranietos.

El repaso a los hitos de cada alcalde durante su mandato por parte de la alcaldesa de San Javier sirvió para dibujar una historia local que daba cuenta del desarrollo social y económico del municipio donde todavía se puede rastrear y encontrar a los descendientes de las primeras familias censadas, a pesar haber sido históricamente una zona receptiva de población externa.

En el contexto histórico-local de la noche, también se brindó homenaje, compartiendo su recuerdo, a un joven soldado sanjaviereño, Francisco Villaescusa, que en 1922 recibió la Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco. El joven que moriría poco después en la guerra de África, donó su propia piel para ayudar a un compañero del servicio militar que junto a otros militares sufrió un terrible accidente ferroviario en Onteniente.

José Ballester descubrió la historia del soldado a través de las actas de pleno del ayuntamiento de San Javier, en las que años después queda constancia de la felicitación y reconocimiento del equipo de gobierno a su convecino. Fue Ballester también quién siguió la pista familiar del joven soldado cuyos descendientes recogieron de manos de la Alcaldesa un nuevo reconocimiento de su Ayuntamiento casi 175 años después.

El acto al que asistieron unas 200 personas finalizó con un aperitivo frío que se sirvió en el hall del Ayuntamiento.

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