ANSE estudia la migraciones de aves en Isla Grosa

Desde el pasado 17 de marzo, y hasta el próximo día 15 de mayo, un equipo de anilladores de aves de la Asociación de Naturalistas del Sureste trabajará  permanentemente en Isla Grosa, frente a La Manga del Mar Menor, estudiando el paso migratorio de las aves. Hasta el momento, los biólogos de ANSE y colaboradores han anillado ya más de 1000 aves de 35 especies diferentes.

La migración primaveral es uno de los principales acontecimientos que tienen lugar en la vida de las aves migratorias. Habiendo sobrevivido al invierno, al sur del Sahara, las aves deben llegar a sus áreas de nidificación a tiempo para establecer un territorio y encontrar una pareja.

En este viaje, deben enfrentarse a dos grandes barreras ecológicas, el desierto del Sahara y el mar Mediterráneo. La migración se produce en una ancha banda a lo largo de todo el Mediterráneo, adquiriendo sus islas un papel fundamental como lugar de parada para numerosas aves. Probablemente, no hay mejores lugares para estudiar la migración prenupcial que en las islas.

Por su situación geográfica, Isla Grosa posee un gran potencial para estudiar la migración primaveral en el Mediterráneo Occidental, al encontrarse en un punto de brusco cambio de dirección de la costa en el Cabo de Palos que origina que se encuentre abierta a sectores muy amplios del Mediterráneo recibiendo aves que abandonan Africa desde sectores de la costa argelina y marroquí. La Isla Grosa está declarada Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y recientemente se ha aprobado su plan de gestión.

ANSE lleva estudiando este fenómeno desde 2007 y esta es la cuarta campaña de anillamiento que se realiza en primavera. En las campañas anteriores se han capturado un total de 6410 aves de 60 especies distintas. Se han capturado aves anilladas en Bélgica, Suecia o Noruega y recientemente se tuvo conocimiento de un ave anillada en Isla Grosa que fue capturada tan solo 13 días después en Alemania.

El anillamiento consiste en la aplicación de una anilla metálica, habitualmente de aluminio, en la pata de un ave viva. Esta anilla lleva impreso un remite, que identifica a la estación anilladora donde se centralizan los datos, uno o varios dígitos característicos del tamaño de la anilla y un número diferente para todas las anillas del mismo modelo y estación.

Los resultados son incluidos dentro del "proyecto Piccole Isole" de anillamiento en pequeñas islas del Mediterráneo, en el que participan numerosas estaciones de anillamiento de diversos países ribereños, y que tiene como objetivo el estudio de la migración de los paseriformes europeos.

Los trabajos en Isla Grosa se realizan por anilladores y colaboradores, principalmente de ANSE, de forma totalmente voluntaria, y cuenta con la autorización de la Dirección General de Patrimonio Natural y Biodiversidad de la Región de Murcia, que facilita las instalaciones así como el transporte hasta la isla, y con la colaboración de Mendijob Medioambiente.

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