Carlos Sobera y Mar Regueras protagonizan "La Guerra de los Rose", una fábula mordaz sobre el matrimonio a partir de un cruento divorcio

"La guerra de los Rose" retrata en clave tragicómica el peor modo posible de llevar un divorcio. La trama parte de una historia real en la que se inspiró el novelista Warren Adler: el traumático divorcio de una pareja adinerada que fue ampliamente aireado en la prensa norteamericana de los años 50. Posteriormente se adaptó al cine con Michael Douglas y Katheleen Turner en los papeles de Oliver y Bárbara que ahora interpretan en teatro el televisivo Carlos Sobera, y Mar Regueras en la adaptación que dirige Garbi Losada.

La obra narra la historia de un matrimonio formado por un abogado de éxito y su abnegada esposa que un día le pide el divorcio, lo que acaba desatando una guerra despiadada entre ambos. El odio y el rencor se va instalando en la lucha de sexos que protagonizan, una auténtica batalla campal entre los dos miembros de la pareja que focalizan su enfrentamiento en la mansión en la que viven y por la que ambos están dispuestos a cualquier cosa.

La versión teatral de Garbi Losada que tiene en San Javier su estreno regional después de un enorme éxito en Madrid, incide más en la parte cómica que la versión cinematográfica. "Es pura comedia negra" como la define Carlos Sobera para el que el texto también deja un espacio para la reflexión sobre el mundo de la pareja. Ya lo advierte uno de sus abogados, en la lucha a muerte de los contendientes, "no existen victorias sólo distintos grados de derrota".

La directora del montaje, advierte, además, que esta "fábula mordaz sobre el matrimonio" no acaba aquí, "sino en nosotros como espectadores que nos descubrimos identificándonos con una de las partes y sintiéndonos capaces de ser tan crueles o más que los protagonistas".

La escenografía reproduce un salón de una familia acomodada en el que transcurre esta comedia ácida con cierto ritmo cinematográfico, que transcurre en 22 escenas de unos 4 minutos cada una. El dinamismo del montaje alcanza su cenit en los últimos 20 minutos de la obra cuando los personajes emprenden la lucha final convertidos en verdaderos psicópatas.

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