La exposición fotográfica "Pescadores" de José Luis Villaescusa recoge la historia viva de la pesca en Santiago de la Ribera, donde apenas quedan pescadores en activo, aunque abundan los recuerdos de aquellos que crecieron en medio del Mar Menor, y que han prestado sus rostros, sus embarcaciones, y sus testimonios de vida, para esta muestra que se puede visitar en el centro social "Príncipe de Asturias" de Santiago de la Ribera hasta el 15 de agosto próximo.
La exposición fotográfica que surgió por un encargo de la concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de San Javier "es una joya, un legado que dejamos a las próximas generaciones", afirmó la concejal del área , Celia Martínez, durante la presentación de la muestra, ante más de 100 personas que abarrotaban el salón de actos "Araceli Rubio".
Celia Martínez que destacó la calidad de la obra de José Luis Villaescusa "un fotógrafo comprometido con los principios medioambientales y de enorme sensibilidad", se refirió a la muestra y el catálogo editado por la concejalía con la colaboración de la Fundación Reinicia, como la demostración de que "es posible convivir en respeto con un medio natural que nos nutre y al que estamos enlazados de por vida".
El fotógrafo José Luis Villaescusa explicó el proceso de creación de la exposición, que desde el primer momento concibió en blanco y negro, y con sus protagonistas integrados en su medio natural. No hay artificios en las instantáneas más allá de un filtro que "dramatiza" el cielo, aportando una carga de dureza, soledad, y melancolía propia de una profesión en constante lucha con el medio.
Son 23 pescadores, muchos de ellos representantes de familias dedicadas al mar, como los Arenas Pérez, Canovillas, Zerrica, Gurullo, Los Mellizos, El Triqui, El Moyo, El Goyo, Los Zagales, Mariche, y otros muchos, los que aparecen en la exposición. Para Villaescusa fue un trabajo "muy enriquecedor" sobre todo por los testimonios, que a través de las charlas mantenidas con los protagonistas, reflejaban la dureza y la capacidad de sacrificio de estas personas que empezaban a los 9 o 10 años, en barcos de remo pasando la semana fuera de casa.
El caldero, que ahora es un plato festivo, era la comida habitual y diaria de estos pescadores. Arroz, y algún ejemplar de la pesca cocinado con la leña que cogían por la playa, era su dieta diaria, hasta que volvía a casa durante el fin de semana. No faltan en la muestra, las mujeres que como la pionera, Ángeles Pérez Garrigós, se han dedicado a la pesca en Santiago de la Ribera. Otras, como Isabel García González no pescaba pero acompañaba a su marido durante los meses que pasaban en La Manga para ocuparse de la intendencia. María Gabriela López casada con Javier Murcia dedicado a la pesca, arreglaba redes y sus labores giraron siempre en torno al Mar Menor.
La exposición cuyo catálogo prologa el investigador Julio Mas, que fuera director del Instituto Oceanográfico de Murcia, en Lo Pagán, se ha convertido en un homenaje al mundo de la pesca en el municipio de San Javier, y un canto a la defensa del Mar Menor. "Los pescadores de esta tierra son una forma de vida integrada en el paisaje y divulgar esta riqueza es esencial para comprender su importancia y promover su protección y conservación", afirmó la concejal de Medio Ambiente, Celia Martínez.
Tanto la edil como el fotógrafo agradecieron la labor desarrollada por todo el equipo municipal de la concejalía de Medio Ambiente, como Juan José Tárraga que ha participado estrechamente en la producción de esta iniciativa, y otras personas y entidades que han colaborado en todo el proceso que se ha desarrollado en el último año. La exposición, propiedad de la concejalía de Medio Ambiente será itinerante, y de momento tiene destinos en la agenda como San Javier, y La Manga del Mar Menor.