Rosario Ferrández, la mujer más longeva del municipio de San Javier, falleció ayer cuando le faltaban ocho días para cumplir los 105 años de edad. Rosario murió en su casa de Santiago de la Ribera rodeada de su familia, aquejada de los achaques propios de una edad tan avanzada pero sin una enfermedad grave como causa.
Rosario recibió un homenaje del Ayuntamiento de San Javier cuando cumplió los 100 años, en 2012, rodeada de familia y amigos en su casa del centro de Santiago de la Ribera, y el próximo 8 de marzo, día de su cumpleaños, se había organizado otro pequeño reconocimiento oficial por parte del Ayuntamiento a la mujer más longeva del municipio, y probablemente de la Región de Murcia.
Conocida como "Rosarito la de Javier " , por su marido Javier López con el que regentó la tienda de comestibles que había en el centro de Santiago de la Ribera, a Rosario se le recuerda por el piano, que se podía escuchar desde la calle y en la tienda de su marido, ya que hasta los 80 años estuvo dando clases de piano en casa.
Cuando cumplió 100 años su único deseo era "vivir, para no dejar de ver a mi familia", formada por tres hijos, nueves nietos y siete bisnietos. Elegante y amable, Rosario agradeció encantada el homenaje que recibió entonces con la visita de las autoridades municipales, familia y amigos, con los que sopló las velas.
Preguntada entonces, Rosario no supo dar con el secreto de la longevidad. "El amor a los hijos y a la familia", apuntaba sonriente esta mujer que según sus familiares no salía de casa sin tacones. La música, la amabilidad y la sonrisa que derrochaba también tendrían algo que ver en esos 105 años que Rosario se quedó a punto de cumplir.