La Patrulla Acrobática Águila volvió a sorprender un año más en el día del patrón de Santiago de la Ribera con una exhibición aérea en la que los pilotos, liderados por el comandante sanjaviereño Rubén Pérez, volvieron a rozar lo imposible sobre el cielo del Mar Menor. La exhibición, que contó por primera vez con la primera mujer piloto de la Patrulla, Rosa María García-Malea, comenzó con una primera fase en la que los siete aviones maniobraron juntos hasta la rotura de la formación en la que se separan para dar paso a una parte de gran dinamismo con múltiples figuras como el looping en invertido que ejecuta el Solo de la Patrulla, el comandante murciano Francisco Marín, que es el único piloto en el mundo en realizarlo. Además de las acrobacias habituales como el Espejo, el tonel o las diferentes y espectaculares roturas, entre otras muchas, se pudo ver el “sacacorchos” de nueva incorporación en la que dos de los aviones rodean en círculo al resto en formación.
Al término de la exhibición los pilotos llegaron en una embarcación al Club Náutico de Santiago de la Ribera donde el alcalde de San Javier, José Miguel Luengo y el coronel director de la AGA, Miguel Ivorra los felicitaron personalmente. José Miguel Luengo agradeció a la Patrulla y al nuevo coronel al frente de la AGA, su colaboración con las fiestas de Santiago de la Ribera “donde la Patrulla tiene su nido”. Las reinas y damas de las fiestas, y representantes de la comisión de fiestas junto a un amplio grupo de autoridades civiles y militares presenciaron la exhibición desde la terraza del Club Náutico en un día que el alcalde quiso aprovechar para entregar una placa de agradecimiento a la directiva del Club “por su hospitalidad en un día como hoy, y sobre todo por su colaboración con el municipio en momentos difíciles como las inundaciones de diciembre poniendo su infraestructura al servicio del municipio y acogiendo el ferry, cuyo pantalán quedó destrozado, posibilitando que no se interrumpiera la línea con La Manga”.
Día del Caldero
El día de Santiago acoge desde hace cuatro años el Día del Caldero que se ha convertido en una de las propuestas más esperadas de las fiestas como demostraba la enorme cola que se formó hoy en la explanada Barnuevo para degustar una ración del plato típico del Mar Menor. La jornada comenzó con la preparación al modo tradicional de un verdadero caldero cocinado en la arena de la playa Barnuevo con la ayuda de un trípode de cañas, con leña y un caldero de hierro. Pescadores y experimentados cocineros del caldero son los encargados de cocinarlos a los ojos del público que finalmente pudo degustar este manjar, cuyo origen estaba más relacionado con la supervivencia de los pescadores que pasaban días sin volver a casa y que hoy se sirven en manteles de lino.